Desde Soy Docente, el pasado 7 de julio tuvimos la oportunidad de disfrutar de esta conferencia, vía Zoom, de una investigadora y docente de gran trayectoria en nuestro país como Delia Azzerboni, quien, contextualizándose en la situación actual de pandemia que enfrenta el mundo, nos habló de la importancia de la articulación en el ámbito educativo ante una coyuntura como esta, caracterizada por la no presencialidad de los estudiantes, docentes y equipo de conducción de las instituciones educativos. Para la autora, una buena articulación es un factor esencial que garantiza una continuidad pedagógica, basada en la flexibilización de los tiempos y en el concepto tradicional de la escuela, sin menoscabar la calidad educativa y el proceso de enseñanza/aprendizaje.

Pensar en una articulación orgánica que vea a las instituciones escolares y a sus principales actores como protagonistas de un proceso en constante cambio, se ha potenciado en los últimos tiempos en los que las prácticas y métodos de enseñanza han debido flexibilizarse en pos de una no presencialidad forzada por las circunstancias. Contrario a lo que pudiera pensarse desde la mirada de la educación tradicional, Azzerboni hace foco en la cosmovisión de una escuela que articule la diversidad de sus alumnos, de sus contextos, del territorio al cual están circunscritos y de las necesidades particulares que conviven en armonía con la inclusión de la heterogeneidad existente en cada escuela. Dicha diversidad, para la autora, se materializa en lo institucional, en lo curricular y en la competencia docente. Estas tres instancias deben ser complementarias, considerar en alto grado la producción en equipo, el trabajo colaborativo y sobre todo plantearse una resignificación constante en la que el tiempo, el espacio y la forma de enseñanza son susceptibles de múltiples cambios.

En cuanto a la articulación docente, esta debe centrarse en compartir y participar en la planificación institucional, en la promoción de un buen clima escolar en lo interno de los equipos de trabajo y hacia los estudiantes, propiciando formas que mejoren los aprendizajes concebidos como procesos y nunca como instancias acabadas. En lo atinente a los proyectos de articulación, para Azzerboni estos deben ser propuestas coherentes y coordinadas entre todos los actores educativos que respondan a la realidad de la coyuntura actual. Es por esta razón que hay que concebir a los directivos y a las trayectorias educativas como entes integrados en función del fortalecimiento de las continuidades pedagógicas no presenciales, pues así lo ha dictaminado la realidad que enfrentamos diariamente como miembros de instituciones escolares.

Hoy más que nunca debemos articular desde la dimensión curricular haciéndonos las siguientes interrogantes: ¿Qué se enseña y para qué? ¿es realmente trascendente lo que se enseña en la actual realidad de los estudiantes? Obviamente estas preguntas conllevan a la flexibilización de las formas y de los contenidos que se transmiten. En este particular, el desarrollo de capacidades en los alumnos sería el foco de un proceso de enseñanza vinculado a experiencias reales; a la resolución de problemas de la vida cotidiana; al estímulo del pensamiento crítico; a una lógica ciclada y graduada; a indicadores de avance en función de la coyuntura vivida y a la comprensión y producción textuales de tales coyunturas.

Para culminar este acotado resumen en el que la autora desarrolló múltiples tipos de articulación en el amplio espectro educativo, destaca la mirada orgánica de concebir la articulación como puntos de encuentro e hilos conductores que se entrecruzan en un sistema que siempre demandará la creación de vínculos con la realidad circundante a la vida escolar. En los actuales momentos en los que la pandemia ha penetrado la escuela y los hogares, es preciso pensar en formas de enseñanza y aprendizaje cuyas bisagras den cuenta del dinamismo que nos atrapa. Movimiento constante que marcan la flexibilidad de los procesos de articulación educativos, intra e interinstitucionalmente.

Rosa Amelia Asuaje