Actualización de diagnóstico y tratamiento de la fibromialgia
Doctora Mariela Morante

Para comenzar a introducirnos a esta charla, la especialista lo primero que hace es describir lo que es la enfermedad. La medicina actual la define como una alteración del sistema nociceptivo, esto quiere decir (llevado al lenguaje cotidiano) una alteración en la tolerancia de los niveles de dolor. Los pacientes que padecen fibromialgia, sufren de dolores constantes en todo su cuerpo. Este dolor es espontáneo y extenso.
Luego afirma que la mejor forma de entender una enfermedad es a través de la ejemplificación de lo tratado con pacientes, es por esto, que describe el caso de una mujer de cincuenta y dos años que parece dolor muscular, esquelético, insomnio, cefalea, entre otros síntomas. Aquí, este problema no solo acarrea malestar para el paciente que la padece, sino también otros conflictos de índole familiar o laboral.
En el caso del trabajo, las reiteradas inasistencias y uso de licencias llevan a problemas laborales, incluso a descuentos y riesgo de la pérdida laboral; por ende aquí el paciente sufre una enfermedad que le causa dolor y que incluso la puede llevarlo a perder su trabajo, quedándose sin ingresos para sobrevivir y mucho menos hacer frente a esta enfermedad.


Continuando, la doctora aclara que también es necesario desmitificar que se trata de algo psicológico o una enfermedad de moda (ejemplifica cómo era el caso antes de Lupus; que cuando había una paciente que no se podía diagnostica con la certeza de una enfermedad, se lo diagnosticaba con Lupus). Aclara que estos encuentros son fundamentales para entender la enfermedad y darla a conocer como un cuadro clínico real y diagnosticable. ¨La fibromialgia no es ni psicológica ni autoinmune; y la educación es la única forma de entender este caso.¨
Volviendo al cuadro clínico, la fibromialgia genera dolor en todo el cuerpo, por esto, el cuerpo está en un constante estado de alerta, que lleva a los pacientes a no poder dormir, insomnio y el cansancio constante.
Pueden existir innumerables síntomas en un mismo paciente, pero los más comunes en la mayoría de los pacientes son: dolor muscular y esquelético; anquilosamiento (es cuando el paciente siente que está duro y no puede moverse); dolor de cabeza (no un dolor común, sino uno constante por días que incluso pueden llegar a ser intensos y prolongados); ojos secos; disfunción de las articulaciones; sueño no reparador; trastornos cognitivos (lentitud mental, olvidos); trastornos digestivos; problemas genitourinarios (aumento y frecuencia o urgencia para orinar); dolores miofasciales (las llamadas contracturas); aumento de peso (ya sea por la medicación o el cansancio); entre otros síntomas.

A pesar de la amplitud de los síntomas; aún existe resistencia sobre el reconocimiento de esta enfermedad o el interés a estudiarla o tratarla. Sin embargo, en un congreso en Barcelona en el año 2016 (al que asistió la doctora Morante Mariela) comenzó a trabajar esta enfermedad y aunar criterios para determinarla y acabar con el prejuicio de que no era enfermedad real.
Los síntomas descritos se enumeraron como una serie de síntomas que describe a la enfermedad, además de resolver el criterio de que la persistencia de los mismos por meses la define; es decir que si persisten estos síntomas por meses, podríamos estar hablando de un caso de fibromialgia. Incluso pasó de ser en los últimos tiempos de una enfermedad “inventada” a estar clasificada por distintos tipos de grados de fibromialgia. También cabe destacar que esta es una enfermedad que puede convivir con otras enfermedades, incluso con cuadros psiquiátricos, los cuales son los más difíciles de tratar por la ansiedad o la depresión.

A partir de este congreso y otros aportes como el del Dr. Ethan Russo se puede decir que la fibromialgia es una clínica soberana; esto significa que es una enfermedad real y que no se puede fingir; que es diagnosticable y que se determina por los síntomas.
En la actualidad sigue siendo cuestionable porque posee un componente psicológico y que algunos médicos la usan para referirse a una enfermedad que no tiene un diagnóstico certero. Sin embargo los estudios que hoy existen desmienten esto último; por ejemplo los niveles de cortisol y serotonina suelen ser cero en pacientes con fibromialgia; aquí el problema es que la mayoría de las obras sociales no cubren un estudio de estos niveles para determinar si están bien o no; y dicho estudio cuesta mucho dinero.

Continuando ahora con el tratamiento, la doctora aclara que hay dos caminos que se complementan: el farmacológico y el no farmacológico (este incluye terapias alternativas y sobre todo estar bien informado y contenido). Aclara que la terapia cognitiva conductual, es decir, la terapia psicológica, ayuda a afrontar el estrés cotidiano y acumulativo de la enfermedad. Para el paciente de fibromialgia es una lucha que debe enfrentarse día a día.
La actividad física también es fundamental por su carácter analgésico en el momento de activar el metabolismo y liberar el estrés; obviamente la actividad física debe adecuarse al dolor, gusto y edad del paciente, para mejorar su bienestar. Otros tratamientos no farmacológicos que recomienda son: la acupuntura (realizada por un especialista), Thai Chi, cuidar la nutrición, masoterapia (masajes, también realizados por un especialista que comprenda la baja tolerancia al dolor de un paciente con fibromialgia), musicoterapia (esta no trata de escuchar música mientras limpiamos, sino de detenernos a disfrutar el momento, oír la música, la voz, la letra y los instrumentos); entre otros hasta llegar a los tratamientos farmacológicos, entre los que se incluye los antidepresivos tricíclicos, que se adecuara cual, de acuerdo al que le funcione al paciente.

Para concluir debemos decir que si bien la enfermedad hoy no tiene cura, se está comenzando a tomar conciencia sobre ella, que está dejando de ser estigmatizada como algo exclusivamente psiquiátrico, para pasar a ser un cuadro clínico a tratar.
La fibromialgia es una enfermedad crónica, y el mejor valor del paciente que padece esta enfermedad es su resiliencia para enfrentar la lucha que lleva a diario; para resistir el dolor y la negación de la misma (ya sea en el plano familiar o laboral). Aquí los pacientes deben superar la adversidad para usar el dolor como una fuerza motora, superarse y salir fortalecido. La idea de la doctora y de sus pacientes es mejorar su calidad de vida para poder reinsertarse (cuando sea el caso) a la vida laboral plena, sin restricciones.

Soy Docente agradece a la Doctora Morante Mariela por su tiempo y por acompañarnos en este camino de estar mejor preparados para los desafíos que se nos presentan en la vida.

Equipo Soy Docente.