Hoy comenzamos dialogándo sobre diversas cuestiones que hacen a la Educación; desde la actividad pedagógica, hasta qué posicionamiento tomamos como docentes cuando nos disponemos frente a cada clase. El encuentro fluctúa sobre estos temas y surgen enunciados tales como:
“¿Elegiste la carrera docente como un objetivo en sí o la tomaste solamente como una actividad laboral?”
Esta pregunta nos hace replantearnos nuestra historia de vida y como llegamos a Ser Docentes: ¿elegimos la carrera? O ¿la optamos de forma heredada de algún familiar o persona cercana? ¿La enfrentamos con compromiso y gusto o en piloto automático?
La actividad docente no da espacios a las dudas: o se hace creyendo en lo que se hace o no se hace; no tratamos con un producto, no estamos fabricando algo, tratamos con personas y su formación.
Nuestra labor es dar lo mejor que podamos; trabajar con lo que tenemos para transformar nuestra realidad. No quedarnos en la queja y conformismo, sino brindar las posibilidades para hacer el cambio.
Esto significa, dar nuestros contenidos de la mejor forma posible para que lleguen a nuestros estudiantes, se apropien de los mismos (es decir: que los puedan explicar con sus propias palabras, no que los contengan de memoria) y los hagan reflexionar sobre sí; con estrategias (trabajo en grupo; división de roles de acuerdo a fortalezas; aprovechar la experiencias personales; fortalecer y alentar el diálogo, etc) que les permitan resolver sus problemas y construir una mejor realidad.
Como parte del encuentro compartimos un espacio lúdico en el que intentamos enfrentarnos con nuestros propios esquemas mentales.
Con el límite de tiempo, acudimos a nuestras pautas de conductas, es decir a nuestros esquemas mentales. La forma en que hacemos las cosas de acuerdo a nuestras creencias y saberes.
Estos patrones llevan años insertados en nuestro sistema, hacemos las cosas como aprendimos que sirven, o hasta donde nos piden que hagamos las cosas sin pararnos a reflexionar sobre nuestra práctica. ¿Si hay tantas cosas que no funcionan en la educación, que puedo hacer? O ¿formo parte del problema o de la solución? por ende, ¿qué puedo hacer para cambiar nuestras escuelas, resolver nuestros problemas, como podemos mejorar la educación?
Para esto concluímos como Equipo que hay que hacer un examen de conciencia, revisar nuestros hábitos, nuestras prácticas docentes y ver si lo que hacemos en nuestra actividad forma parte de un toma de conciencia real o actuamos de acuerdo a como nos fuimos amoldando a la Escuela. Trabajando hasta donde debemos, sin pasarnos, ya sea por molestar a alguien o hasta donde podemos.
Revisar y reflexionar sobre nuestra actividad nos brinda la posibilidad de no caer en el automatismo en el que a veces caemos. El encuentro entre docentes y el intercambio de prácticas enriquece nuestra labor.
Este es uno de los ejes de nuestra actividad, revalorizar el rol docente como profesional; y para esto debemos revisar nuestra actividad, perfeccionarnos y mantenernos actualizados en nuestra formación
Obviamente, esto no es fácil, romper o cambiar hábitos que llevan años instaurados en nosotros, es difícil , pero el objetivo es mejorar nuestra práctica, mejorar la Educación e que indefectiblemente esto se retroalimente en nuestro propio bienestar como docentes. Estamos más conscientes sobre nosotros y nuestro rol, salimos de la cueva y dejamos de conocer sólo las sombras, nos atrevernos a ver la realidad.
Finalmente cerramos el encuentro con la convicción de que siguen siendo un espacio de reflexión, donde nacen diversos temas, ya sea para la práctica diaria hasta para los objetivos a largo y corto plazo del grupo. En síntesis debemos continuar con esta labor y tratar de “romper con las esquemas mentales que hacen que no funcione como debería una escuela”, por ende y todo lo debatido volvemos a lo mismo…


“¿Elegiste la carrera docente de forma consciente?”

Prof. Juan Pablo Amatriain
Prof. Alejandrina Battaglino