Preámbulo: breve ensayo de perfil reflexivo sobre la educación artística como estrategia de dialogo para la construcción de una buena convivencia.

Como profesor y artista plástico (ya que me para mí esto es indivisible) tratare de reflexionar sobre la educación artística y los aportes del arte a la escuela, desde una perspectiva de carácter relacional y situacional.

¿Por qué enseñar arte en las escuelas?

“Generar un sujeto crítico es construir con el otro, con lo diverso, la experiencia de la alteridad.

Por tanto, hablar de una educación artística implica construir y acrecentar las competencias específicas de ese campo de conocimiento…”[1]

¿Por qué traigo a colación esta discusión del arte en las escuelas? Para enfatizar y revalorizar a la educación artística en las escuelas desde la difusión de su importancia y explicando de que se trata.

Primero debemos aclarar que el arte es un lenguaje en sí, y como tal, tiene su propio campo de conocimiento específico y de desarrollo profesional. Ninguna expresión artística como la plástica, la danza, la música o el teatro puede ser reemplazado o explicado a través de la oralidad o la palabra escrita. El arte es un lenguaje con sus propios códigos y canales de comunicación. Es un saber y una materia más que se da al igual que la matemática o la biología, en la educación de todos sus niveles.

La importancia de la educación artística para los estudiantes radica en el desarrollo de capacidades motrices y cognitivas que los estimule a descubrir un lenguaje nuevo para expresarse y plantear sus ideas. La educación artística posibilita las herramientas y contenidos específicos de un área artística (como por ejemplo) la plástica, para expresar mejor las ideas, sensaciones o percepción de la realidad de nuestros estudiantes.

Cabe la aclaración que antes de seres racionales, somos seres sensibles, y como tales, generalmente nuestra primera reacción a cualquier estimulo es emocional y luego racional.

Para transcribir mejor esa “sensación” en una expresión simbólica, recurrimos al arte y a la educación artística; sus herramientas nos posibilitan comunicar mejor lo que deseamos expresar. La educación artística nos proporciona los contenidos y saberes que debemos poseer para expresarnos de forma simbólica.

El lugar del arte en las escuelas

Por lo tanto, a mi entender el arte es construcción. Es fácil romper, rechazar, quebrar (esto solo lleva un segundo) pero construir lleva tiempo, el arte lleva tiempo; es un campo de saber específico que requiere paciencia y aprendizaje. La finalidad misma del arte es la posibilidad de expresar nuestra sensibilidad a través de sus recursos.

Según el diseño curricular de la educación primaria, la educación artística posee múltiples objetivos para el perfil de estudiante-egresado que desea alcanzar. Entre los diversos propósitos se espera  lograr un abordaje integral de los contenidos de la educación  artística en los estudiantes; ahondar en su campo de conocimiento específico que los habilite a expresarse de forma simbólica y generar una capacidad crítica acerca del mundo que lo rodea;  fomentar la sociabilización, la inclusión, el dialogo, el buen trato y valorar las diversas manifestaciones artísticas del entorno sociocultural.

Por lo tanto (y tal vez esto ya sea parte de mi subjetividad como artista plástico) lo que comunica el arte es solo lo mejor de la expresión humana: la materialización de su capacidad creadora.

Aunque no lo sepamos el arte nos atraviesa en toda nuestra existencia. Sin el arte solo estaríamos circunscriptos a tareas operativas para sobrevivir. Sin exagerar y cayendo a una idea romántica podemos afirmar que todo lo que nos pre-existe es la naturaleza, y que todo lo que hace al hombre sin una utilidad práctica (como cualquier herramienta) y que solo apunta a la expresión para interpelar al hombre mismo, es el arte.

Amatriain Juan Pablo – Prof. y Lic. en Artes Plásticas



[1]  Diseño Curricular para la educación primaria. Pagina 313