Antes de sentarme a escribir busqué significados…
DOCENTE: PERSONA que se dedica a la enseñanza. / INDIVIDUO que se dedica a enseñar o que realiza acciones referentes a la enseñanza. La palabra deriva del término latino docens, que a su vez procede de docere (traducido al español como enseñar). / En el lenguaje cotidiano, el concepto suele utilizarse como sinónimo de profesor o maestro, aunque sus significados no sean exactamente iguales.
Y esos significados me resultaron fríos, distantes porque pensé en una persona que ubicada por encima de los demás (hablando de elevación del terreno para ser vista) imparte sus conocimientos. Y en esos significados no me siento representada porque no soy así, no somos así. Un maestro no imparte conocimientos, ayuda a construirlos… Y en ese camino de construcción hay dedicación, escucha, silencios, paciencia, entrega, vocación de servicio…
Digo no soy así, no somos así porque más allá del rol que cada uno de nosotros cumple hoy dentro del sistema educativo, somos MAESTROS. Maestros así con mayúsculas, maestros que abrigan, que cobijan, que acompañan desde la enseñanza, la presencia, el ejemplo, el afecto…
Desde el rol que nos toque seguimos siendo maestros. Maestros de nuestros docentes, que todos los días llegan a la escuela con sus proyectos y sus incertidumbres pero también con una sonrisa dispuestos a dar lo mejor a sus alumnos; de los padres que llegan a la escuela con sus necesidades y sus preocupaciones; de los niños, a los que a diario escuchamos, observamos, contenemos y ayudamos a construir sus conocimientos.
Maestros que defienden y promueven la conformación de Equipos de trabajo que no es lo mismo que decir trabajo en equipo. Y esto somos nosotros, un EQUIPO DE TRABAJO que sostiene firmemente la idea de que con el otro podremos construir una educación mejor, promover una formación profesional que revalorice el rol docente y dé las respuestas adecuadas a las necesidades de la sociedad de hoy, una sociedad que ve en la educación de sus generaciones el único camino posible a la verdadera libertad.

Mariela R.