A cuatro días de escuchar del presidente de la Nación las medidas adoptadas conjuntamente con las distintas fuerzas políticas, a raíz de la emergencia sanitaria para todo el país, en la cual claramente se indica a todos los ciudadanos a quedarse en su casa para evitar la propagación del covid19.
Nuestra pregunta es
¿Qué pasa en nuestras escuelas?
Si bien cómo docentes y auxiliares presentes en las escuelas somos conocedores de las necesidades de nuestros alumnos y sus familias, queremos hacer una pausa para señalar cuáles son las cosas que más nos preocupan y ocupan hoy.
El nivel de ambigüedad en la información oficial que llega al territorio, donde entendemos que la situación es nueva pero que también las contradicciones en esas instancias nos desequilibran y nos preocupan.
Las Múltiples indicaciones y medidas que bajan continuamente, y se contradicen con la frase con más repercusión en estos días #quedateencasa

Directivos, docentes y auxiliares cargamos en nuestros hombros la responsabilidad de garantizar las instituciones educativas abiertas para que las familias retiren los bolsones de alimento, o se entregue material para la continuidad pedagógica.
La presión a la cual estamos expuestos cobra mayor significado al sentirnos obligados a responder a las familias no sólo desde un lugar de funcionario público, sino fuertemente como parte de la misma comunidad a la cual debemos aislar y cuidar.

¿Dejo sin comida a las familias de mis escuelas? ¿No entregó contralor y nadie cobra ? ¿Voy a repartir casa por casa los cuadernillos para que los estudiantes sigan la Continuidad pedagógica? ¿Obligó a mis colegas a concurrir a las escuelas para que todo siga funcionando ? O ¿me tomo alguna de las licencias en las cuales podría encuadrar mi situación ?
Así estamos, muchos sin dormir, en el medio de miles de interrogantes que aún hoy no tienen respuesta.
Y ahí vamos, a donde nos indiquen, a entregar comida o cuadernillos, a buscar la lavandina…con la vaga sensación de que estamos siendo héroes para alguien en este momento y la frustración de todo lo que no podemos hacer …
Y ahí vamos, nos ponemos nuestro guardapolvo como escudo mientras por dentro no podemos dejar de pensar en nuestros afectos, los que dejamos en casa para salir a la cruzada… los que nos van a tener la mano si algo nos pasa… nuestra familia, amigos, amores.
Hay enojos contenidos, miradas de decepción, miles de comentarios en las redes sobre qué y cómo tenemos que actuar. Y también de los otros … los que alimentan sus propios egos describiendo cómo están haciendo las cosas “tan bien” desde sus escuelas, sintiéndose inmunes a todo…
Nada de todo esto consuela, al contrario, nos estamos volviendo en contra de nosotros mismos con una gran crudeza que conduce más aún al aislamiento. Y ahora hablamos claramente del aislamiento social, no del preventivo ante la emergencia.

Nosotros, profesionales de la educación, formados para enseñar y contener a nuestros estudiantes, hasta qué punto vamos a llevar la apuesta. ¿Cuál es el límite?
Entendemos que esta situación es muy sensible, que a todos nos involucra y moviliza desde lo más íntimo y personal, estamos hablando de una pandemia que a nivel mundial está causando miles de infectados y muertes.
Entonces nos preguntamos cómo equipo ¿Cuánto tiempo vamos a esperar para ponernos de pie y exigir al gobierno provincial que nos cuide como a cualquier ciudadano? ¿Dónde están los elementos básicos para nuestro cuidado personal y el de nuestras familias si no estamos de licencia? ¿Por qué no se establece la entrega de alimentos a toda la comunidad a través de centros municipales, delegaciones, fuerzas armadas?
Nosotros queremos colaborar porque estamos realmente comprometidos con la sociedad, con nuestros estudiantes y sus familias, pero necesitamos respuestas claras de quienes nos gobiernan.
Y la gran incógnita ?
¿Dónde están los gremios que se regodeaban hablando de nuestros derechos? ¿Todo el tiempo en reuniones? ¿Y si se ponen el guardapolvo y bajan a ponerse a la par ?
Igualdad, inclusión, prevención, los lemas de los cuales hoy nadie habla…
Tal vez creen inocentemente que solicitando reuniones para pedir explicación de lo que se está haciendo en las escuelas y exigiendo alcohol en gel ya pueden dormir tranquilos?
¿Dónde quedó la Unidad de los trabajadores? ¿Las medidas de fuerza? ¿Los paros indeterminados?
O acaso nos falla la memoria y de igual forma durante los paros iban en persona a garantizar la continuidad pedagógica a los estudiantes? O a llevarles la comida del Comedor?
Despertemos docentes, pongámonos de pie, el virus lo eliminamos todos juntos… eso es seguro.
Pero tengamos memoria dentro de algunos meses cuando todo haya pasado, de quiénes fueron los que nos cuidaron y quiénes los que se #quedaronensuscasas viendo las noticias en 3D.

Este es nuestro compromiso social, no vamos a bajar los brazos para continuar visibilizando el trabajo de miles de docentes y auxiliares y nadie nos puede acallar.
¨ El optimismo de la voluntad tiene que imponerse al pesimismo de la razón¨

Antonio Gramsci

Equipo soy docente